La probabilidad del unicornio - Elena Castillo Castro

27 enero, 2018

¡Buenos días, Caminantes! Ya sé que hace un año que no escribo nada y me siento fatal por ello. Este blog empezó como un lugar en el que compartir mi pasión por los libros (y algunas series/películas) pero desde que me fui de Erasmus y empecé cuarto de carrera he tenido que dejar en segundo plano muchas de mis aficiones. El poco tiempo que tenía para ellas a penas me daba tiempo de sentarme a escribir sobre ello. Pero sabéis que no me gusta quejarme de lo que no hago, porque es demasiado fácil. Prefiero acabar la introducción en este punto y pasar a lo que de verdad os ha traído hasta aquí: la reseña de La probabilidad del unicornio, de Elena Castillo (os dejo el enlace de la sinopsis sobre el título).

La probabilidad del unicornio. Por dónde empiezo a describir esta preciosa historia. Si no conoces este libro, quédate conmigo hasta el final de la reseña (ya que no contiene spoilers) y prepárate para salir pitando para hacerte con él porque es una historia que necesitas vivir. Elena tiene ese poder: te saca de tu mundo, de tu vida, de quien eres y de lo que vives, y te lleva más allá. Te lleva a un mundo en el que todo es posible, pero no de esos mundos ficticios, idílicos y extra recreados que se acaban cuando cierras la cubierta del libro. No. Un mundo tan real (a pesar de las casualidades tan únicas y de los Ben Helms) como la vida misma. Un mundo en el que ya, sin darnos cuenta, vivimos. Sus historias nos enseñan a apreciar los pequeños detalles que nos rodean, nos impulsan a buscar la felicidad extrema a la que todos podemos aspirar, y nos dejan unas ganas tremendas de querer vivir; de querer salir al mundo real y vivirlo con la misma intensidad que Vera, Ally, Ellen o Landon (entre tantos más de sus personajes).

«Además, el tiempo es algo relativo, puede parecer mucho o poco dependiendo de la importancia del objetivo final y, si aplicamos eso a este tema en concreto, yo te puedo asegurar empíricamente que poder pasar la vida contigo merece invertirlo todo».

Algo que me ha gustado mucho de esta historia es que todo gira en torno a Vera, el personaje principal, pero a la vez crea una atmósfera de pequeñas historias que envuelven a los personajes secundarios que interactúan con la protagonista. Pequeñas historias que se podrían haber explotado como historias individuales, además. Porque a mí me hubiera gustado continuar las andanzas de la joven actriz en potencia, o el desenlace de la casi imposible relación entre Landon y Malia. Al igual que me habría quedado a vivir con Ellen y Thomas en su acogedora casita en Abbeville. Parece increíble cómo Elena recrea escenas y ambientaciones en tan poquitas páginas. Es una historia en la que no transcurre mucho tiempo desde que comienza hasta que acaba y agarras el libro con miedo a que no acabe bien o acabe demasiado acelerada. Sin embargo, esta autora tiene una métrica del tiempo que debe dedicarle a cada paso de su historia muy bien medida. Aun así, a pesar de haberme gustado muchísimo el final, un capítulo más para haber podido disfrutar de él un poquito más, habría sido maravilloso. La única espinita que se me quedó fue no haber aclarado con más detalle qué pasó con Landon y Malia tras ver a su padre. Se sobreentiende y comprendo que al tratarse de unos personajes secundarios no fuera necesario detallar más, pero me hubiera gustado que les hubiera dedicado un párrafo o dos para quedarme tranquila de que todo acabó bien.
«Odio eso, ¡odio que ese amor que hay entre ellos no sea compatible con la visión de este mundo cuadriculado! Sobran etiquetas, clases, fronteras… Falta confianza, libertad, más amor como el suyo».
El argumento, como ya he comentado, es tan sencillo que duele la manera tan bonita y pincelada que ha tenido Elena de desarrollarlo. No hay nada más bonito que coger una historia sencilla y hacerla magia. Con cada personaje; cada pasado, cada presente y cada lucha por su futuro; con cada intervención y con cada mensaje; con cada decisión consigue hilar una historia preciosa que te recoge el corazón entre sus manos y te mece hasta la última página.

Elena tiene magia en el corazón. Nunca me cansaré de alabar su pluma pero es que consigue que una historia tan simple como la de dos personas que se enamoran parezca un sueño tangible. Te transporta a su mundo y te convierte en parte de su aventura. Te clava todas y cada una de las emociones en el cuerpo como pequeñas agujas en forma de palabras que descargan sobre ti y te destrozan como un huracán. Es la segunda obra que leo de esta autora y de nuevo me ha mantenido pegada al libro durante horas. Real. Tenía un examen al día siguiente y ahí estaba yo, a las 2:06, escribiendo la reseña nada más acabar el libro porque necesitaba compartirla.

Un sencillo viaje a través de la inesperada conexión de dos personas tan dispares que te acogerá con la calidez sureña de Alabama y los misterios y complicaciones de la ecuación más inesperada.


Ahora solo queda sentarse y esperar a que saque nuevos libros (que, además, en nada tendremos uno je je). Hacía mucho que no sentía esta necesidad de más pero me mueeeero por devorar su siguiente historia (¡y las de después!)

VALORACIÓN


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